viernes, 22 de abril de 2011

Reconozcamos a nuestro Salvador

Meditemos sobre estas frases del Curso de Milagros...
Prestemos atención en nuestra vida diaria quien es nuestro Salvador, los aprendizajes se repetiran una y otra vez hasta que demos el tono correcto.
Cristo nos andará buscando, quizas llame a nuestra puerta.
Tomemos conciencia y no olvidemos ver su rostro en cada uno de nuestros hermanos y el milagro sera manifestado.
Aflorará el conocimiento de que Ambos son uno.
El mundo de los juicios es reemplazado por otro en el que todos los ojos contemplan amorosamente al amigo que les trajo su liberación. 
Y tu hermano percibirá felizmente los muchos amigos que antes consideraba enemigos.

Tienes a mano todo lo necesario para poder alejarte del miedo para siempre con perfecta certeza, y para seguir adelante y llegar cuanto antes a las puertas del Cielo.


miércoles, 20 de abril de 2011

martes, 19 de abril de 2011

Todo llega a su tiempo........ MAHATMA (ALMA GRANDE)


Sé firme en tus actitudes y perseverante en tu ideal.
Pero sé paciente, no pretendiendo que todo te llegue de inmediato.
Haz tiempo para todo, y todo lo que es tuyo, vendrá a tus manos en el momento oportuno.
Aprende a esperar el momento exacto para recibir los beneficios que reclamas.
Espera con paciencia a que maduren los frutos para poder apreciar debidamente su dulzura.
No seas esclavo del pasado y los recuerdos tristes.
No revuelvas una herida que está cicatrizada.
No rememores dolores y sufrimientos antiguos.
¡Lo que pasó, pasó!
De ahora en adelante procura construir una vida nueva, dirigida hacia lo alto y camina hacia delante, sin mirar hacia atrás.
Haz como el sol que nace cada día, sin acordarse de la noche que pasó.
Sólo contempla la meta y no veas que tan difícil es alcanzarla.
No te detengas en lo malo que has hecho; camina en lo bueno que puedes hacer.
No te culpes por lo que hiciste, más bien decídete a cambiar.
No trates que otros cambien; sé tú el responsable de tu propia vida y trata de cambiar tú.
Deja que el amor te toque y no te defiendas de él.
Vive cada día, aprovecha el pasado para bien y deja que el futuro llegue a su tiempo.
No sufras por lo que viene, recuerda que "cada día tiene su propio afán".
Busca a alguien con quien compartir tus luchas hacia la libertad; una persona que te entienda, te apoye y te acompañe en ella.
Si tu felicidad y tu vida dependen de otra persona, despréndete de ella y ámala, sin pedirle nada a cambio.
Aprende a mirarte con amor y respeto, piensa en ti como en algo precioso.
Desparrama en todas partes la alegría que hay dentro de ti.
Que tu alegría sea contagiosa y viva para expulsar la tristeza de todos los que te rodean.
La alegría es un rayo de luz que debe permanecer siempre encendido, iluminando todos nuestros actos y sirviendo de guía a todos los que se acercan a nosotros.
Si en tu interior hay luz y dejas abiertas las ventanas de tu alma, por medio de la alegría, todos los que pasan por la calle en tinieblas, serán iluminados por tu luz.
Trabajo es sinónimo de nobleza.
No desprecies el trabajo que te toca realizar en la vida.
El trabajo ennoblece a aquellos que lo realizan con entusiasmo y amor.
No existen trabajos humildes.
Sólo se distinguen por ser bien o mal realizados.
Da valor a tu trabajo, cumpliéndolo con amor y cariño y así te valorarás a ti mismo.
Dios nos ha creado para realizar un sueño.
Vivamos por él, intentemos alcanzarlo.
Pongamos la vida en ello y si nos damos cuenta que no podemos, quizás entonces necesitemos hacer un alto en el camino y experimentar un cambio radical en nuestras vidas.
Así, con otro aspecto, con otras posibilidades y con la gracia de Dios, lo haremos.
No te des por vencido, piensa que si Dios te ha dado la vida, es porque sabe que tú puedes con ella.
El éxito en la vida no se mide por lo que has logrado, sino por los obstáculos que has tenido
que enfrentar en el camino.
Tú y sólo tú escoges la manera en que vas a afectar el corazón de otros y esas decisiones son de lo que se trata la vida.
"Que este día sea el mejor de tu vida".

MAHATMA GHANDI

lunes, 18 de abril de 2011

El mensaje de la crucifixión - UCDM -


  

El mensaje de la crucifixión - 

Cristo nos dice...

1. Para los efectos del aprendizaje, examinemos de nuevo la cruci­fixión. No hice hincapié en ella anteriormente debido a las temi­bles connotaciones que quizá tengas asociadas con ella. Lo único que se ha subrayado hasta ahora es que no fue una forma de castigo. No obstante, no se puede explicar nada utilizando exclu­sivamente términos negativos. Existe una interpretación cons­tructiva de la crucifixión que está totalmente desprovista de miedo y que, por lo tanto, si se entiende debidamente, es total­mente benévola en cuanto a lo que enseña.

2. La crucifixión no es más que un ejemplo extremo. Su valor, al igual que el valor de cualquier otro recurso de enseñanza, reside únicamente en la clase de aprendizaje que facilita Se puede entender -y se ha entendido- incorrectamente. Ello se debe úni­camente al hecho de que los temerosos tienden a percibir con miedo. Ya te dije que siempre puedes recurrir a mí para compar­tir mi decisión, y de ese modo hacerla más firme. Te dije también que la crucifixión fue la última jornada inútil que la Filiación tuvo que emprender, y que para todo aquel que la entienda representa la manera de liberarse del miedo. Aunque antes sólo hice hinca­pié en la resurrección, no aclaré entonces el propósito de la cruci­fixión y la manera en que ésta, de hecho, condujo a la resurrec­ción. Ese propósito, no obstante, tiene una aportación muy concreta que hacer. a tu propia vida, y si lo examinas sin miedo, te ayudará a comprender tu propio papel como maestro.

3. Es probable que hayas estado reaccionando durante muchos años como si te estuviesen crucificando. Ésta es una marcada tendencia de los que creen estar separados, que siempre se nie­gan a examinar lo que se han hecho a sí mismos. La proyección implica ira, la ira alienta la agresión y la agresión fomenta el miedo. El verdadero significado de la crucifixión radica en la aparente intensidad de la agresión cometida por algunos de los Hijos de Dios contra otro. Esto, por supuesto, es imposible, y se tiene que entender cabalmente que es imposible. De lo contrario, yo no puedo servir de modelo para el aprendizaje.

4. En última instancia, sólo el cuerpo puede ser agredido. No cabe duda de que un cuerpo puede agredir a otro, y puede incluso destruirlo. Sin embargo, si la destrucción en sí es imposi­ble, cualquier cosa que pueda ser destruida no es real. Su des­trucción, por lo tanto, no justifica tu ira. En la medida en que creas que la justifica, estarás aceptando premisas falsas y enseñán­doselas a otros. El mensaje de la crucifixión fue precisamente enseñar que no es necesario percibir ninguna forma de ataque en la persecución, pues no puedes ser perseguido. Si reaccionas con ira, tienes que estar equiparándote con lo destructible, y, por lo tanto, viéndote a ti mismo de forma demente.

5. He dejado perfectamente claro que soy como tú y que tú eres como yo, pero nuestra igualdad fundamental sólo puede demos­trarse mediante una decisión conjunta. Eres libre, si así lo eliges, de percibirte a ti mismo como si te estuvieran persiguiendo. Mas cuando eliges reaccionar de esa manera, deberías recordar que yo fui perseguido de acuerdo con el pensar del mundo, y que no compartí esa interpretación. Y puesto que no la compartí, no la reforcé. Ofrecí, consecuentemente, una interpretación diferente del ataque, que deseo compartir contigo. Si la crees, me ayuda­rás a enseñarla.

6. Como ya dije anteriormente: "Lo que enseñes es lo que apren­derás". Si reaccionas como si te estuvieran persiguiendo, estarás enseñando persecución. No es ésta la lección que el Hijo de Dios debe enseñar si es que ha de alcanzar su propia salvación. Enseña más bien tu perfecta inmunidad, que es la verdad acerca de ti, y date cuenta de que no puede ser atacada. No trates de protegerla, pues, de lo contrario, creerás que es susceptible de ser atacada. No se te pide ser crucificado, lo cual fue parte de lo que yo aporté como maestro. Se te pide únicamente que sigas mi ejemplo cuando te asalten tentaciones mucho menos extremas de percibir falsamente, y que no las aceptes como falsas justificacio­nes para desatar tu ira. No puede haber justificación para lo injustificable. No creas que la hay, ni enseñes que la hay. Recuerda siempre que enseñas lo que crees. Cree lo mismo que yo, y llegaremos a ser maestros de igual calibre.

7. Tu resurrección es tu redespertar. Yo soy el modelo del renaci­miento, pero el renacimiento en sí no es más que el despuntar en la mente de lo que ya se encuentra en ella. Dios Mismo lo puso allí, y, por lo tanto, es cierto para siempre. Yo creí en ello, y, por consiguiente, lo acepté como la verdad. Ayúdame a enseñárselo a nuestros hermanos en nombre del Reino de Dios, pero cree pri­mero que es verdad, pues, de lo contrario, enseñarás mal. Mis hermanos se quedaron dormidos durante la supuesta "agonía del huerto", pero yo no pude haberme indignado con ellos porque sabía que no podía ser abandonado.

8. Lamento cuando mis hermanos no comparten mi decisión de oír solamente una Voz, pues eso los debilita como maestros y como alumnos. Con todo, sé que no pueden realmente traicio­narse a sí mismos ni traicionarme a mí, y que sobre ellos es donde todavía tengo que edificar mi iglesia. No hay ninguna otra alter­nativa al respecto porque únicamente tú puedes ser la roca de la iglesia de Dios. Állí donde hay un altar hay una iglesia, y la pre­sencia del altar es lo que hace que la iglesia sea santa. La iglesia que no inspira amor, tiene un altar oculto que no está sirviendo al propósito para el que Dios lo destinó. Tengo que edificar Su igle­sia sobre ti porque quienes me aceptan como modelo son literal­mente mis discípulos. Los discípulos son seguidores, y  si el modelo que siguen ha elegido evitarles dolor en relación con todo, serían ciertamente insensatos si no lo siguiesen.

9. Elegí, por tu bien y por el mío, demostrar que el ataque más atroz, a juicio del ego, es irrelevante. Tal como el mundo juzga estas cosas, mas no como Dios sabe que son, fui traicionado, aban­donado, golpeado, atormentado y, finalmente, asesinado. Está claro que ello se debió únicamente a las proyecciones de otros sobre mí, ya que yo no le había hecho daño a nadie y había curado a muchos.

10. Seguimos gozando de perfecta igualdad como alumnos, aun­que no es necesario que tengamos las mismas experiencias. El Espíritu Santo se regocija cuando puedes aprender de las mías y valerte de ellas para volver a despertar. Ése es su único propó­sito y ésa es la única manera en que yo puedo ser percibido como el camino, la verdad y la vida. Oír una sola voz nunca implica sacrificio. Por el contrario, si eres capaz de oír al Espíritu Santo en otros, puedes aprender de sus experiencias y beneficiarte de ellas sin tener que experimentarlas directamente tú mismo. Eso se debe a que el Espíritu Santo es uno, y todo aquel que le escucha es conducido inevitablemente a demostrar Su camino para todos.

11. Nadie te está persiguiendo, del mismo modo en que nadie me persiguió a mí. No se te pide que repitas mis experiencias, pues el Espíritu Santo, a Quien compartimos, hace que eso sea innecesa­rio. Para valerte de mis experiencias de manera constructiva, no obstante, tienes aún que seguir mi ejemplo con respecto a cómo percibirlas. Mis hermanos, que son también tus hermanos, están constantemente justificando lo injustificable. La única lección que tengo que enseñar, puesto que la aprendí, es que ninguna percep­ción que esté en desacuerdo con el juicio del Espíritu Santo está jamás justificada. Mi función consistió en mostrar que esto es ver­dad en un caso extremo, simplemente para que pudiese servir como un instrumento de enseñanza ejemplar para aquellos que, en situaciones no tan extremas, sienten la tentación de abandonarse a la ira y al ataque. Mi voluntad, junto con la de Dios, es que ninguno de Sus Hijos sufra.

12. La crucifixión no puede ser compartida porque es el símbolo de la proyección, pero la resurrección es el símbolo del compar­tir, ya que para que la Filiación pueda conocer su plenitud, es necesario que cada uno de los Hijos de Dios experimente un re­despertar. Sólo esto es conocimiento.

13. El mensaje de la crucifixión es inequívoco:


Enseña solamente amor, pues eso es lo que eres.

14.  Si interpretas la crucifixión de cualquier otra forma, la estarás usando como un arma de ataque en vez de como la llamada a la paz para la que se concibió. Con frecuencia, los Apóstoles la interpretaron erróneamente, por la misma razón que otros lo hacen. Su propio amor imperfecto les hizo ser vulnerables a la proyección, y, como resultado de su propio miedo, hablaron de la "ira de Dios" .como el arma de represalia de Éste. No pudieron hablar de la crucifixión enteramente sin ira porque sus propios sentimientos de culpabilidad habían hecho que se sintiesen indig­nados.

15. Éstos son algunos de los ejemplos de pensamiento tergiver­sado del Nuevo Testamento, si bien su evangelio es, en realidad, únicamente el mensaje del amor. 2Si los Apóstoles no se hubieran sentido culpables, nunca me habrían podido atribuir expresiones tales como: "No he venido a sembrar paz, sino espadas". Esto está en clara oposición a todas mis enseñanzas. De haberme entendido realmente, no podrían haber descrito tampoco mi reacción a Judas como lo hicieron. Yo no pude haber dicho: "¿Traicionas al Hijo del Hombre con un beso?" a no ser que hubiese creído en la traición. El mensaje de la crucifixión fue precisamente que yo no creía en la traición. El "castigo" que se dijo infligí a Judas fue un error similar. Judas era mi hermano y un Hijo de Dios, tan miembro de la Filiación como yo. ¿Cómo iba a condenarlo cuando estaba listo para probar que condenar es imposible?

16. Cuando leas las enseñanzas de los Apóstoles, recuerda que les dije que había muchas cosas que ellos no entenderían hasta más tarde porque en aquel entonces aún no estaban completamente listos para seguirme. No quiero que dejes que se infiltre ningún vestigio de miedo en el sistema de pensamiento hacia el que te estoy guiando. No ando en busca de mártires sino de maestros. Nadie es castigado por sus pecados, y los Hijos de Dios no son pecadores. Cualquier concepto de castigo significa que estás proyectando la responsabilidad de la culpa sobre otro, y ello refuerza la idea de que está justificado culpar. El resultado es una lección acerca de cómo culpar, pues todo comportamiento enseña las creencias que lo motivan. La crucifixión fue el resul­tado de dos sistemas de pensamiento claramente opuestos entre sí: el símbolo perfecto del "conflicto" entre el ego y el Hijo de Dios. Este conflicto parece ser igualmente real ahora, y lo que enseña tiene que aprenderse ahora tal como se tuvo que aprender entonces.

17. Yo no necesito gratitud, pero tú necesitas desarrollar tu mer­mada capacidad de estar agradecido, o no podrás apreciar a Dios. Él no necesita que lo aprecies, pero sí. No se puede amar lo que no se aprecia, pues el miedo hace que sea imposible apreciar nada. Cuando tienes miedo de lo que eres no lo apre­cias, y, por lo tanto, lo rechazas. Como resultado de ello, enseñas rechazo.

18. El poder de los Hijos de Dios está presente todo el tiempo porque fueron creados para ser creadores. La influencia que ejercen unos sobre otros es ilimitada, y tiene que usarse para su salvación conjunta. Cada uno de ellos tiene que aprender a ense­ñar que ninguna forma de rechazo tiene sentido. La separación es la noción del rechazo. Mientras sigas enseñando esto lo segui­rás creyendo. No es así como Dios piensa, y tú tienes que pensar como Él si es que has de volver a conocerlo.

19.       Recuerda que el Espíritu Santo es el vínculo de comunicación entre Dios el Padre y Sus Hijos separados.  Si escuchases Su Voz sabrías que tú no puedes herir ni ser herido, y que son muchos los que necesitan tu bendición para poder oír esto por sí mismos. Cuando sólo percibas esa necesidad en ellos, y no respondas a ninguna otra, habrás aprendido de mí y estarás tan deseoso de compartir lo que has aprendido como lo estoy yo.



Un Curso de Milagros

martes, 12 de abril de 2011

sábado, 9 de abril de 2011

Deja de juzgar y evaluarlo todo - Libérate de la tiranía de la dualidad de los llamados "pares de opuestos"


Tienes que ir más allá de la naturaleza y de todos sus apegos mundanos!Estar ligado al mundo natural no es por cierto la finalidad de la vida.Concéntrate, en cambio,en lo 
Eterno que yace más allá de lo terrenal.

Libérate de la tiranía de las dualidades, de los llamados "pares de opuestos". Deja de juzgarlo y evaluarlo todo. 
Desembarázate de ese hábito tuyo de ver las cosas como buenas o malas, queribles u odiables, agradables o desagradables, alegres o tristes. La inclinación a quedar atrapado en los pares de opuestos es una dolencia corriente que nos debilita. En lugar de ello, permanece sereno, centrado en el Ser. Pon cuidado en no buscar la celebridad ni la adquisición de obgetos terrenales.

Un pozo de agua es útil en tiempos de sequía pero de nada sirve en medio de una inundación. Análogamente para la persona iluminada hasta las Escrituras son superfluas. Haz amistad con la vida mundana, pero no ignores que debes trascenderla. ¡No te prepares para nada que no sea la unión con la Divinidad misma!

                                                                             

                                                                                 Bhagavad  Gita





miércoles, 6 de abril de 2011

martes, 5 de abril de 2011

viernes, 1 de abril de 2011

Sin tu sonrisa, el mundo no se puede salvar - Un Curso de Milagros


Tu dicha tiene que ser total para que aquellos a los que Él te envía puedan entender Su plan. Ellos verán su 
 función en tu radiante faz, y en tu risa feliz oirán a 
Dios llamándoles.

Eres ciertamente esencial en el plan de Dios. Sin tu dicha, la Suya no es total. Sin tu sonrisa, el mundo no se puede salvar. 

Mientras la tristeza se abata sobre ti, la luz que el Propio Dios designó como el medio para salvar al mundo se atenúa y pierde su fulgor, y nadie ríe porque toda risa no es sino el eco de la tuya.

 Eres ciertamente esencial en el plan de Dios. Del mismo modo en que tu luz aumenta el fulgor de
todas las luces que brillan en el Cielo, así también tu dicha en la tierra exhorta a todas las mentes a abandonar sus pesares y a ocupar su puesto junto a ti en el plan de Dios. 


Los mensajeros de Dios
rebosan de dicha, y su júbilo sana todo pesar y desesperación. Ellos son la prueba de que lo que la
Voluntad de Dios dispone para todos los que aceptan los regalos de su Padre como propios es perfecta
felicidad.

La tristeza es señal de que prefieres desempeñar otro papel en lugar del que Dios te ha encomendado. Y así, no le muestras al mundo cuán grande es la felicidad que Él dispone para ti, y, por consiguiente, no reconoces que ya dispones de ella.

Dios te pide que seas feliz para que el mundo pueda ver cuánto ama Él a Su Hijo y que Su Voluntad es que ningún pesar menoscabe su dicha ni que ningún miedo lo acose y perturbe su paz. Tú eres hoy el mensajero de Dios. Brindas Su felicidad a todo aquel que contemplas y Su paz a todo aquel que al contemplarte ve Su mensaje en tu feliz semblante.
                                                                            

                        Extracto lección  N° 100 de Un Curso de Milagros     





                 

El Ser Uno - LibroI