miércoles, 5 de agosto de 2009

La felicidad



 La verdadera felicidad es interna, no deberá depender de hechos externos a ti.
Es un estado de conciencia, nada ni nadie nos dará la felicidad verdadera.
No intentes cambiar a tu prójimo, cambia tú y por añadidura cambiara el mundo que te rodea.
La creencia de que para poder ser feliz tienes que tener lo imposible está en total desacuerdo con el principio de creación.
Dios no pudo haber dispuesto que tu felicidad dependiese de lo que nunca podrías tener.
El ego cree que alcanzar su objetivo es la felicidad. Pero te ha sido dado conocer que la función de Dios es la tuya y que la felicidad no se puede encon­trar aparte de vuestra Voluntad conjunta. Reconoce únicamente que el objetivo del ego, que tan diligentemente has perseguido, no te ha aportado más que miedo, y se hará muy difícil mantener que el miedo es felicidad
No te niegues la dicha que fue creada para ti a cambio de la infelicidad que tú mismo te has labrado. Dios te ha proporcio­nado los medios para deshacer lo que tú has hecho. Escucha y aprenderás a recordar lo que eres.
¿No te das cuenta de que el ego sólo puede embarcarte en una jornada que únicamente puede conducirte a una sensación de futilidad y depresión? Buscar y no hallar no puede ser una activi­dad que brinde felicidad. ¿Es ésta la promesa que quieres seguir manteniendo?
Te estoy enseñando a que asocies la infelicidad con el ego y la felicidad con el Espíritu. Tú te has enseñado a ti mismo lo contrario. Sigues siendo libre de elegir, mas a la vista de las recompensas de Dios, ¿puedes realmente desear las recompensas del ego?
Percíbete a ti mismo, reconócete, recuerda quien eres, es la única forma de hallar felicidad en el mundo.
No busques la felicidad fuera de ti porque estarás buscando solo ilusiones, lo efímero, lo irreal.


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