lunes, 8 de septiembre de 2008

"El juzgar"

Juzgar no es un atributo de Dios, por lo tanto tampoco de nuestro Espíritu. Tus juicios se basan en el testimonio que te ofrecen los sentidos. Cuando juzgamos los hacemos con los ojos del cuerpo, recuerda que estos te mostrarán un mundo irreal.
Si juzgamos, en realidad estamos juzgandonos a nosotros mismos. La decisión de juzgar en vez de conocer es lo que nos hace perder la paz. Juzgar es el proceso en el que se basa la percepción(los sentidos), pero no el Conocimiento.
Juzgando depositamos nuestra Fe en lo irreal.
No tienes idea del tremendo alivio y de la profunda paz que resultan de estar con tus hermanos o contigo mismo sin emitir juicios de ninguna clase.
Cuando reconozcas lo que eres y lo que tus hermanos son, te darás cuenta de que juzgar los de cualquier forma que sea no tiene sentido. La fatiga que produce juzgar continuamente es algo realmente intolerable. Es curioso que una habilidad tan debilitante goce de tanta popularidad.
¿De qué otra manera juzgas al mundo que ves?
Tienes una fe ciega en lo que tus ojos y tus oídos te informan. Crees que lo que tus dedos tocan es real y que lo que encierras en tu puño es la verdad. Debes ver este mundo con los ojos del Espíritu, y veras solo lo Real,la Verdad.la Unidad,lo Infinito,lo Eterno.
Tú eres solo Amor.
El amor no puede juzgar. Puesto que en sí es uno solo, contempla a todos cual uno solo. Su significado reside en la unicidad.
El que no perdona se ve obligado a juzgar, pues tiene que justificar el no haber perdonado. Pero aquel que ha de perdonarse a sí mismo debe aprender a darle la bienvenida a la verdad exactamente como ésta es.
Tampoco debemos juzgarnos a nosotros mismos pues lo que somos no puede ser juzgado.

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