Puesto que no puedes dejar de enseñar, tu salvación radica en enseñar exactamente lo opuesto a lo que el ego cree.
Así es como aprenderás la verdad que te hará libre y que te mantendrá libre a medida que otros la aprendan de ti.
La única manera de tener paz es enseñando paz.
Al enseñarla, no puedes sino aprenderla, pues no puedes enseñar aquello de lo que todavía te disocias.
Sólo así podrás recobrar el conocimiento que desechaste.
Para poder compartir una idea tienes primero que disponer de ella.
Dicha idea despierta en tu mente mediante la convicción que nace de enseñarla.
Aprendes todo lo que enseñas.
Enseña solamente amor, y. aprende que el amor es tuyo y que tú eres amor.
E iré a ellos contigo, para que podamos enseñarles paz y unión.
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