jueves, 12 de mayo de 2011

El cuarto obstáculo: El temor a Dios - UCDM




Y ahora te encuentras aterrorizado ante lo que juraste 
no volver a mirar nunca más.
 Bajas la vista, al recordar la promesa que les hiciste
 a tus "amigos". La "belleza" del pecado, la sutil atracción
 de la culpabilidad, la "santa" imagen encerada de la muerte 
y el temor de la venganza del ego a quien le juraste con sangre que no lo 
abandonarías,
 se alzan todos, y te ruegan que no levantes la mirada. 
Pues te das cuenta de que si miras ahí y permites que 
el velo se descorra, ellos desaparecerán para siempre. 
Todos tus "amigos", tus "protectores" y tu "hogar" se desvanecerían. 
No recordarías nada de lo que ahora recuerdas.



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