Desintegración: el arte de la metamorfosis
jueves, 25 de agosto de 2011
El arte de la metamorfosis - De oruga a mariposa
Desintegración: el arte de la metamorfosis
¿Qué sucede con todos esos días que son el bostezo silencioso de un vacío, cuando todos los depredadores de la carencia empiezan a mordisquearos los talones? ¿Qué hay de esos días donde no pasa absolutamente nada con vuestra manifestación? ¿Qué son esos días? Yo os diré lo que son. La oruga está en ese capullo, y sólo se desintegrará cuando deje de pensar como una oruga, porque para poder recoagularse debe de pensar como una oruga. Y cuando no piensas como una oruga durante los días que estás en el capullo, tu cuerpo se desintegra. Si no duermes en cuarenta y ocho o setenta y dos horas, tu cuerpo comienza a desintegrarse, entonces tienes que tener sueños para que éste se reforme. Si la oruga ya no piensa lo que es ser una oruga, su cuerpo se desintegra, y así lo hará el vuestro. ¿Qué sucede cuando se está desintegrando el cuerpo de la oruga? Que también lo está haciendo su realidad. ¿Qué es su realidad? Estar apegado a la tierra con todos sus brazos, comiendo hojas verdes y siendo devorada por los depredadores. Es vulnerable. Pero cuando deja de ser la oruga, y ni siquiera lo piensa o lo sueña, su cuerpo se desintegra. Es un hecho natural. Y con eso desintegra la tendencia a estar en la realidad de la oruga, y comienza a soñar con la mariposa.
Ahora, esto es lo que deberíais saber acerca de vuestras manifestaciones: cuando seguís trabajando y enfocándoos en ellas en lugar de vuestras carencias, lo que ocurrirá es que éstas se disolverán, y con ellas toda la realidad que está involucrada con la carencia. Ésta también se disolverá.
Hay una etapa en la que el cuerpo se disuelve en una especie de gelatina verde, muy oscura y espesa. Ved esto como la noche oscura del alma. ¿Y por qué sucede esto? Observad que cuando dejáis de pensar en la carencia, cuando dejáis de ser castigados, cuando dejáis de añorar esa vida anterior y no pensáis igual, entonces también os disolvéis, así como la realidad que formaba parte de ella. Y ahora llega el lugar de la desintegración: en la desintegración no ocurre nada; todo se derrite. Lo que es importante es que estás en un estado transitorio, un estado de espera. Y como eres ignorante y no conoces algo mejor —y estamos tratando de cambiar eso— el pánico se apodera de ti. Hay un estado de no-estado. Ese es el estado de desintegración. ¿Me estáis escuchando? Igual que en la naturaleza, es así hasta que se re-forma.
Yo os he enseñado a hacer eso con la lista, que es larga y toma tiempo. Hay una razón para que sea larga y os tome tiempo. Os he enseñado eso con la disciplina del enfoque. Os he enseñado eso con las tarjetas. Os he enseñado a manteneros en el estado del "Yo Soy", esperando la desintegración.
Disolución significa que has salido de ahí y te estás cayendo del precipicio, no está sucediendo nada — ¡no está sucediendo nada!— y tú te asustas, porque en ese miedo tu humanidad quiere que te retires y te coagules de nuevo, que coagules nuevamente tu antiguo modo de pensar. ¿Cuántos de vosotros lo entendéis? "Regrésate y empieza a pensar racionalmente." Eso es lo que te está diciendo. "Ríndete. Esto no es más que un sueño. Te ha puesto en peligro." ¿Qué es lo peor que podría pasarte? Quiere que retrocedas. Es un poco como la oruga en estado de desintegración, sintiéndose que flota libremente pero a la vez nerviosa, porque ha soñado con la mariposa pero todavía no es una mariposa; ella siente que no es nada. Ahora, ¿no te daría eso un poco de miedo? Sería como si la oruga dijera: "Bueno, este no es un estado que me guste; es demasiado extraño", así que comienza a pensar en lo que solía hacer, y la desintegración se detiene para ser nuevamente la oruga. ¿Lo entendéis? Así es que ella vuelve a coagular el pasado, ¿no es así?, en lugar de seguir avanzando para convertirse en el sueño.
En vuestra vida va a haber una pausa. Y cada uno de vosotros le llama a eso el periodo de prueba, pero, ¿sabes?, realmente no hay nadie que te esté poniendo a prueba. Tú eres Dios, y esto no se trata de una prueba. Los humanos piensan que es una prueba, porque ellos lo ven todo en términos de castigo y fracaso. Esto no es una prueba. Esto es la quietud. Y en ese momento de no estar en ningún lugar se nos están dando las opciones de seguir adelante con el sueño que traerá a la mariposa, o podemos retroceder porque necesitamos esa seguridad; y retrocedemos y pensamos del modo que solíamos hacerlo, porque por lo menos hay seguridad en eso.
Os he enseñado a todos que al cerebro le encantan los hábitos. No importa lo que sean, le encantan los hábitos. No importa lo destructivos que sean, al cerebro le encantan porque son un estado de soberanía en el que se puede depender. Se puede depender más de los hábitos que de los maridos o las mujeres. ¿Lo entendéis? Por eso es por lo que regresáis a ellos, porque son predecibles.
Vuestra humanidad tiene que extenderse hasta el punto que entienda que está en un lugar imaginario, y que no regresará para recoger viejos hábitos aunque ello signifique un estado de seguridad. ¿Cuántos de vosotros entendéis eso? Pero tenéis que estar en ese lugar. Visualizar en vuestra mente que está ocurriendo una desintegración — ¿estáis escuchando?— una desintegración. Ahora, pensad en ella de este modo. Antes de que pueda emerger la mariposa tiene lugar una desintegración completa de casi toda la oruga, excepto de su cerebro y su espíritu. El cerebro se transforma cuando piensa solamente como si fuera la mariposa, porque ese es el sueño. El sueño es la nueva red neuronal. De este modo todo lo viejo en lo que se tenía que pensar antes ya no se piensa, y entonces se disuelve.
Vedlo de este modo. No se os está poniendo a prueba; estáis en un estado de desintegración. Y si seguís retrocediendo y tratando de recoagular vuestras viejas actitudes, vais a permanecer más tiempo en ese estado, porque estáis regresando y tratando de recoagular un pensamiento pasado mientras todo lo demás se está tratando de disolver. A esto se le llama desintegración grumosa, es algo muy grumoso.
Ahora, eso es fácilmente probable en la biogenética, porque si tomas dos especies diferentes y las unes, el resultado será una criatura que se parece a ambos. Entonces eso no es distinto a tener una creación que sigue cargando la coagulación de la carencia con ella. Será una criatura muy grotesca. Será una creación que seguramente sientas que no mereces, porque eso significa retroceder con respecto a la abundancia. ¿Cuántos de vosotros lo entendéis? Que así sea.
Veamos ahora el resplandor de la enseñanza de enfocar en la carencia desprendiéndose de las personas, lugares, cosas, momentos y sucesos. ¡Despertad! Al desprendernos de las personas, lugares, cosas, momentos y sucesos, disolvemos el pasado. Cuando enfocamos en la carencia y después separamos esa carencia y la dejamos sola, sin ningún punto de referencia en la red neuronal, simplemente la carencia no puede permanecer, se disuelve. Y en ese momento situamos cualquier cosa que quieras y lo hacemos sin personas, lugares, cosas, momentos y sucesos. ¿Cuántos de vosotros lo entendéis ahora? De este modo la desintegración es muy pura; no está contaminada. Y así es como encuentran su tarjeta los que aplican esto correctamente. Y la enseñanza aquí es que si puedes hacer esto en el campo, también lo puedes hacer en tu vida.
No se os está poniendo a prueba. Estáis abarcando todo un abismo de transformación. Podéis daros la vuelta y retroceder en cualquier momento. Es vuestra elección.
Para aquellos que tienen las agallas de seguir adelante a pesar de todo lo demás y sostienen el sueño, si todo se disuelve, se volverán a formar como la mariposa en el otro lado. Y tienes que sostener ese sueño sin personas, lugares, cosas, momentos y sucesos. Ello significa que el sueño tiene que ser puramente de una mariposa sin ninguna semejanza a la oruga. Y del único modo en que conseguiremos la mariposa será soñándola sin ninguna conexión con su vieja realidad. Ahora, es en eso en lo que vais a trabajar.
Algunos de vosotros le llamaréis fe; tenéis fe de que vuestro sueño se hará realidad. No es necesario que hagáis eso. No tenéis por qué hacerlo. ¿Estáis en esta escuela para seguir el "largo trayecto", como habéis dicho algunos de vosotros? ¿Estáis marchando? Si estáis aquí para el "largo trayecto", sabréis que esta enseñanza tiene profundas ramificaciones, no sólo en esta vida sino también en todas las que vendrán, y que es aquí donde encontraremos la némesis de la carencia y la némesis del nigromante en todos nosotros. Esta es la verdadera conquista del yo. ¿Cuánta voluntad y fibra de guerrero lleváis dentro? Aquí es donde el guerrero que yacía latente despierta y cobra vida. Este es el coraje para iniciar la transformación. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que algunos de vosotros, cuando os estéis disolviendo os asustaréis, cundirán el pánico y la depresión —como así los llamáis— en vosotros, y no tendréis sino pesadillas de gente, lugares, cosas, momentos y sucesos, y os invadirán como un ejército avanzando, porque los habéis invitado. Os son familiares, por eso es por lo que los habéis invitado, y porque así evitaréis perderlo todo en el último momento.
Ahora, hay algunos de vosotros aquí que son materialistas puros, y completos "egoístas-alterados". Aún estáis aquí en la escuela; es increíble. Sólo pensáis en lo que la demás gente piense de vosotros, y habéis echado a perder las enseñanzas en el mundo exterior en beneficio de eso. Pero también estáis aquellos de vosotros que nunca haríais eso, no en esta vida, porque lo que la gente piense de vosotros es demasiado importante. Es más importante que convertirse en la mariposa, y os valéis del humo y los espejos: ilusiones, o como quiera que lo llaméis. Y parece que estáis cambiando, pero no tenéis lo que se necesita para cambiar. Y nunca lo haréis, porque no queréis dejar que se disuelva todo para que lo nuevo se re-forme, porque tenéis demasiado miedo. ¿Y de qué tenéis miedo? De lo que vaya a pensar la gente. ¿Y por qué es eso importante? Porque el cerebro está ahí para asegurarse de la supervivencia del cuerpo, y esas personas son importantes a la hora de poner la comida en la mesa, cobijo sobre vuestras cabezas y comida en vuestro estómago. A eso es a lo que se reduce. Ahora vemos cuál es la raíz de todo esto. Es el humano débil y transitorio. Se dice, y es verdad, que la "carne y hueso" nunca entrarán en el reino de los cielos. Y ellos son de carne y hueso, así que nunca podrán ir a donde vas tú. ¿Y quién los hizo así? Ellos se hicieron así.
Fue una elección. Eso es todo lo que es, una mentira seductora y sagrada. Y hay otros, para quienes el sueño es más importante que la reacción violenta del criticismo, pero, ¿eso qué importa?
Ahora tenemos un Cristo que se está formando. Tenemos a un verdadero maestro resucitado a partir de sus cenizas, porque, en su opinión, a la luz de toda la eternidad, la decisión de soñar es la ley de Dios y ese es su único destino. Y a la luz de toda la eternidad, tomar esa decisión puede causar caos, críticas, e incluso la guerra por un periodo de tiempo. Eso no es un castigo, es la desintegración. Pero va a terminar pronto, porque entonces el sueño se re-coagulará en la mariposa y tú podrás volar muy lejos y dejar atrás a tus vecinos.
Y aquellos de nosotros que somos sinceros, —como sucedió en mi vida y estoy deseoso de que suceda en la vuestra, que esta vida no consista en mantener el status quo— estamos aquí para cambiar; estamos aquí para disolver lo viejo y soñar lo nuevo. Y de eso se trata esta enseñanza, especialmente si te preocupa la luz de toda la eternidad. Si es así, representa mucho más que el aspecto físico en esta vida. Quiere decir: ¿qué hacemos con nuestras elecciones? ¿Deberíamos considerarnos una criatura inferior a la pequeña oruga? Si no podéis cambiar entonces deberíais adorar a la oruga, porque ella tiene el valor de disolverlo todo.
¿Cuándo llega la calma? Pensad en la disolución de lo viejo. ¿Cuánto tiempo tomará? Bien, depende de vosotros. ¿Cuándo llegará el día en el que te despiertes y no te importe y se pueda disolver todo? Ese será el día en el que os reformaréis en lo que queráis ser. Pero cada paso que deis en el camino, recordad, vosotros sois quienes os ponéis las cadenas. Os ponéis las cadenas en vuestra mente, y vosotros sois quienes os mantenéis atados, nadie más. Saber esto es liberador.
Extraído del libro "La clave del Maestro para manipular el tiempo" de Ramtha
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